dic. 11, 2020
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Mercados de pronósticos vs. encuestas: a qué prestar atención en las próximas elecciones

Mercados de pronósticos vs. encuestas: a qué prestar atención en las próximas elecciones

Las elecciones 2020 de los Estados Unidos fueron el mercado de apuestas más importante de la historia de Pinnacle. Si bien resulta interesante por varia razones, no es necesariamente una sorpresa. Las elecciones de los Estados Unidos son, sin duda alguna, el único evento centrado en los seres humanos que afecta a la mayor cantidad de personas en el mundo. Las elecciones de este año fueron particularmente buenas para generar titulares. Además, al estar en medio de una pandemia, las opciones de entretenimiento disponibles se reducen a alguna actividad que se pueda realizar desde el sofá. Así que realmente no sorprende que las apuestas hayan generado tanto interés. Al momento de redactar este artículo, varios medios de comunicación ubican el resultado de las elecciones en favor de Biden, y una gran cantidad de casas de apuestas han recibido apuestas a este resultado. El mercado de Betfair continúa abierto y ha realizado transacciones por 600 millones de libras.

Al final, habrá una gran cantidad de análisis interesantes sobre la eficacia y precisión de los mercados de apuestas (incluido este artículo de Joseph Buchdahl), que las compararán con la eficacia de las encuestas individuales y los modelos populares de elecciones basados en dichas encuestas. Si bien no voy a sumarme a este análisis, creo que vale la pena investigar por qué puede ser más interesante e informativo seguir a una plataforma de pronósticos, además de ser más preciso a largo plazo. Esa es la razón por la que escribí este artículo.

Tanto los mercados de pronósticos para las elecciones como las encuestas pueden considerarse como dos sistemas caóticos. Esto significa que los pronósticos sobre el resultado pueden influir en el resultado propiamente dicho. Por ejemplo, enterarse del resultado de una encuesta o de las probabilidades implícitas en un mercado de apuestas pueden llevar a una persona a votar. O bien persuadirla de no hacerlo.

Si un votante favorece por adelantado a un candidato en las encuestas, su opinión puede reafirmarse (y sentir un mayor impulso a presentarse y votarlo) o bien puede pensar que ese candidato tiene una «ventaja» insuperable y que lo más probable es que gane de cualquier manera (y, por ende, ni siquiera presentarse a votar). No sé con exactitud cuál de los sesgos del pensamiento humano se imponen con mayor frecuencia en este escenario, si el sesgo de prueba social o el de automatización. Sin embargo, con gusto apostaría que las encuestas con una inclinación política evidente favorecen la victoria del sesgo de prueba social. Crear una encuesta positiva para un candidato en particular y modificar la opinión de algunos votantes. Si bien hubo rumores que indicaban que Mike Bloomberg apostaba por sí mismo en la contienda para ser el candidato democrático, para lograr un efecto similar no creo que esto sea una preocupación común en los mercados de apuestas. 

El mercado de apuestas es un concepto relativamente simple. Cada uno de los participantes intenta ganar dinero con una contraparte al pronosticar correctamente la probabilidad de un resultado. Los obstáculos para ingresar son pocos, los errores se pagan y las recompensas por contar con información nueva son altas y universales. El dinero. En otras palabras, los participantes lo dejan todo. Existe un incentivo monetario por representar sus pronósticos con precisión. No se puede decir lo mismo de las encuestas, ya que pueden ser operaciones partidarias de fuentes desconocidas en las que ni el encuestador ni el encuestado tienen necesariamente la intención de representar la realidad de forma honrada.

Esto puede ser así especialmente para quienes responden las encuestas en el escenario actual de hostilidad y polarización política. No es difícil imaginar que una parte importante de la población no esté segura de responder o de hacerlo con honestidad cuando lo contacta un encuestador. Y esto genera problemas. Los encuestadores no solo deben corregir cualquier sesgo de comprobación en las respuestas que reciben sino también tenerlos en cuenta en las respuestas que no reciben. Deben preguntarse ¿hay algún grupo con una convicción política específica que tenga más probabilidades de no responder? Y en orden de magnitud, esto es mucho más difícil que extrapolar las respuestas que reciben.

Dos de los modelos basados en las encuestas más vistos para las elecciones 2020 provienen de FiveThirtyEight y The Economist, en los que se otorgaba a Biden un 89 % y un 97 % de probabilidades de ganar la votación del colegio electoral, respectivamente. Las cuotas de Pinnacle y Betfair de la mañana de las elecciones eran de aproximadamente 1,5, es decir que había una probabilidad implícita del 67 %. Una discrepancia significativa entre las encuestas y los mercados de apuestas. ¿Cómo se explica esto?

Algo muy importante a tener en cuenta es que FiveThirtyEight y The Economist son empresas de medios. FiveThirtyEight es propiedad de The Walt Disney Company y The Economist pertenece a The Economist Group. Las elecciones en los Estados Unidos pueden generar grandes sumas de dinero para las empresas de medios, ya que estas se pelean por la propaganda política que suma miles de millones de dólares en los años en que hay votaciones. Generar debates políticos en sus plataformas puede ser muy lucrativo para este tipo de organizaciones. Y qué mejor manera de generar interacción que emplear modelos igualmente sofisticados para producir pronósticos con los que probablemente nadie estará de acuerdo ni entenderá. Este es el modelo que utilizan los medios en la era de las redes sociales. Polarizar para generar interacción e irritación. Lamentablemente funciona.

Las encuestas y los modelos basados en las encuestas no tienen ninguna intención directa de buscar o valorar la precisión. En general, no reciben recompensas ni compensaciones económicas en función de la precisión de sus pronósticos, y esto permite que se politicen u optimicen como parte de una estrategia de medios, tal como suele suceder con FiveThirtyEight. El único modelo de elecciones al que le daría algún grado de credibilidad es uno construido por alguien cuya única intención fuera ganar dinero en el mercado de apuestas. Si este es su caso, fantástico. Buena suerte. Aunque puedo garantizarle que no encontrará ningún modelo rentable abierto al público. Ya sea en los medios o en Twitter. Es por la misma razón por la que un apostador exitoso no publicará ni venderá sus conocimientos. Los usará para apostar.

En su artículo más reciente, en el cual analiza la eficacia de las elecciones 2020 de los Estados unidos, Joseph Buchdahl destaca el posible distanciamiento entre los mercados de apuestas de estados individuales y los mercados para el próximo presidente. El peso que tiene el dinero en el mercado de los titulares probablemente no permitió que esta ineficacia relativa desaparezca, y esto les da una oportunidad a los apostadores expertos que saben a qué prestar atención. A medida que los mercados de apuestas políticas reciben mayor atención, dichas oportunidades pueden disminuir. No obstante, siempre tendré más en cuenta las señales de un mercado con miles de participantes (quienes pueden contar con la información mínima de forma individual pero lo dejan todo) que las de una empresa de medios cuyas motivaciones no son claras, cuyas intenciones se desconocen y cuyo modelo proviene de fuentes desconocidas. La sabiduría de la multitud en los mercados de apuestas para las elecciones superará a las encuestas a partir de ahora. La aparente precisión de los mercados de apuestas de estados individuales a los que hace referencia Joseph es solo una de las evidencias de este resultado.

Para ser más claro, no estoy diciendo que las encuestas no podrán superar a los mercados de apuestas en ninguna elección. Probablemente lo hagan. Simplemente estoy planteando que es probable que en las próximas cien o mil elecciones no logren superar a los mercados de apuestas en promedio. No solo eso, sino que al interactuar con las encuestas y los comentarios que las rodean, usted está participando de un sistema que es el mejor a la hora de entretenerlo o extraerle información valiosa gratuitamente y el peor al intentar manipular su forma de pensar y de votar. Sin embargo, si sigue a los mercados de apuestas aprenderá a pensar de forma probabilística y analizar estadísticas y mercados, además de observar la incontable cantidad de sesgos humanos en funcionamiento. Todos ganan. Y hasta puede que obtenga algo de dinero.

Las cosas realmente cambiarán en las apuestas de las elecciones solo cuando las empresas de redes sociales como Google y Facebook, cuyos datos y algoritmos pueden pronosticar los resultados de las votaciones con una precisión mucho mayor que las encuestas y los mercados de pronósticos, decidan participar de los mercados de apuestas. Posiblemente ya lo hagan. De cualquier modo, cuando comiencen las próximas elecciones, mi consejo es que siga los mercados de apuestas un poco más de cerca y deje de lado las encuestas.

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