Apoyándome en mis más de diez años de experiencia como creador de mercado accionario en Wall Street, dediqué una parte de Trading Bases a detallar las similitudes que observé entre el mercado de valores NASDAQ en el que me introduje por primera vez en 1996 y la industria de las apuestas deportivas tal como se encuentra en la actualidad.
Popular método de apuesta que sugiere que la cantidad apostada debe ser proporcional a la ventaja percibida.
En mi entrevista con Pinnacle, resultó claro que adoptaban la actitud que sugerí que era necesaria para ampliar realmente la industria en su totalidad y, en consecuencia, para atraer al mismo tipo de apostante basado en análisis que produjo una explosión de la participación en el póquer o los deportes de fantasía. No hay mejor ejemplo de lo anterior que la política de Ganadores bienvenidos de Pinnacle, así como su explicación convincente de por qué un creador de mercado en cualquier mercado debe aceptar la presencia de lo que en Wall Street denominamos “dinero inteligente”.
La política de Ganadores bienvenidos se especifica en una serie de artículos de la sección Recursos para apostar de Pinnacle, que fomenta la participación de los usuarios en las apuestas deportivas a través de la formación. Dadas las preguntas que se han vuelto a formular, tanto en la entrevista como por parte de los lectores, acerca de mis estrategias sobre el tamaño de apuesta, parece que este es el foro perfecto para debatir este tema formalmente y más a fondo.
Las transacciones de Wall Street aplicadas a las apuestas
Antes de comentar las ventajas del método del tamaño de apuesta que utilizo en comparación con el ampliamente utilizado Criterio de Kelly, resulta importante reconocer la importancia de la polinización cruzada de ideas en varias industrias o disciplinas.
Cuando me uní a la empresa de contabilidad Arthur Andersen, la división de consultoría ilustró la importancia de evaluar las mejores prácticas entre industrias señalando que Southwest Airlines había mejorado los plazos de disponibilidad de su flota entre rutas no gracias al análisis de otras aerolíneas, sino al estudio del proceso que seguían los equipos de boxes de la NASCAR.
En los últimos diez años, un periodo que abarca booms económicos y quiebras históricas, el valor de una inversión en el S&P 500 ha fluctuado un 0,85 % al día.
En lo que a mí respecta, aporto a este debate mi experiencia en Wall Street gestionando carteras de inversión, independientemente de los activos subyacentes. En primer lugar, dejemos claro que aunque todo el mundo desea ganar dinero al realizar una apuesta, la gran mayoría de apostantes deportivos se encuentra en la categoría de ocio, no de inversión.
El resto de este artículo se centra en las apuestas deportivas realizadas por un profesional como vehículo de inversión, quizás con otros como inversores pasivos, como el fondo que dirigí para la temporada de 2012 de la MLB en Las Vegas.
La importancia de la correlación
La estructura mencionada anteriormente se encuentra en la categoría de la industria financiera denominada “activo alternativo”. Al igual que apostar a favor de golfistas amateur que intentan entrar en el PGA Tour o de un puñado de jugadores de póquer en el circuito de torneos, se trata de inversiones atractivas por naturaleza para quienes las realizan porque las rentabilidades de la inversión no están correlacionadas con los tradicionales mercados bursátiles y de obligaciones. De ahí que se utilice el término “activos alternativos”.
El atractivo de un fondo de inversiones deportivas radica en que resulta difícil encontrar inversiones que no estén realmente correlacionadas. Puede parecer que invertir en vinos poco comunes o cómics no esté correlacionado con los mercados de renta fija y de acciones, pero tan solo se necesita una crisis en estos últimos para que los inversores en los primeros descubran que sus inversiones estaban correlacionadas.
Evalúa tus apuestas con el S&P 500
Si casi todos los mercados financieros están correlacionados, ¿en qué aspectos exactamente están correlacionados? En Estados Unidos, el mercado de referencia que sirve para comparar todos los activos es el S&P 500. Las 500 empresas que conforman el S&P 500 representan la gran mayoría de la economía estadounidense y también constituyen un instrumento invertible que es el equivalente a un concepto que a los apostantes en el béisbol que se basan en análisis les resulta familiar al instante: el jugador de reemplazo.
Con la diferencia de que para los inversores, el concepto de jugador de reemplazo es aún más fácil de entender que en el béisbol. Comprar acciones en el S&P 500, a través de un fondo negociable en bolsa (ETF, por sus siglas en inglés) o fondo mutuo con los que ya se pueda negociar, se puede conseguir prácticamente sin coste alguno. Del mismo modo que hay una expectativa de rendimiento de referencia para el jugador de reemplazo en el béisbol, también existe en los mercados financieros.
Asumiendo que tu ventaja del 2 % sea exactamente cierta, hay una probabilidad superior al 10 % de que tu fondo caiga al menos un 40 % al cabo de un año.
Los inversores deben esperar que el S&P 500, basándose en décadas de comportamiento de este índice, tenga una rentabilidad del 8 % al año a largo plazo1. Por supuesto, las rentabilidades no serán homogéneas; las fluctuaciones del mercado y los ciclos económicos introducen un alto grado de variabilidad en las rentabilidades a corto y medio plazo del mercado bursátil y dan lugar a una medida de riesgo cuantificable.
Básicamente, en todo el rango de inversiones financieras, una mayor rentabilidad esperada viene con un mayor riesgo a corto plazo. Por suerte, podemos medir ese riesgo, o variabilidad, con exactitud. En los últimos diez años, un periodo que abarca booms económicos y quiebras históricas, el valor de una inversión en el S&P 500 ha fluctuado un 0,85 % al día, según datos proporcionados por Bloomberg a partir de casi 2.500 días de negociación entre 2007 y 2016.
Por lo que una rentabilidad anualizada esperada del 8 % tiene una reciente variabilidad histórica de 85 puntos básicos al día. Si puedes encontrar una inversión con una rentabilidad del 8 % y menor variabilidad o, en el mejor de los casos, una inversión que devuelva más del 8 % anual con la misma cantidad de riesgo (como el punto de referencia más popular del mundo respecto a las inversiones bursátiles), habrás creado una alternativa mejor que la inversión en acciones que podrás vender legítimamente a los demás como una inversión viable.
¿Qué tiene de malo el Criterio de Kelly?
El problema al utilizar el Criterio de Kelly es que no importa el importe calculado de tu rentabilidad esperada ya que la variabilidad será absurdamente, y en mi opinión “ininvertiblemente”, alta.
Tomemos, por ejemplo, la ilustración más común del enfoque del Criterio de Kelly respecto al tamaño de apuesta: la capacidad de apostar con una cuota de 2 en un lanzamiento de moneda sesgada con una probabilidad del 52 % de obtener cara. El Criterio de Kelly sugiere apostar el 4 % de tus fondos a que sale cara. Es empíricamente cierto que este tamaño de apuesta maximiza el beneficio pero tiene como resultado un nivel de variabilidad inaceptable si intentas gestionar profesionalmente un fondo de apuestas deportivas en nombre de otras personas.
Echa la vista atrás y fíjate en tu registro de apuestas a lo largo de un periodo largo, lo ideal sería unos 250 días de apuestas, y calcula qué tamaño de apuesta produciría una volatilidad diaria de 85 puntos básicos.
El mercado bursátil está abierto 250 días al año y si apuestas en el béisbol cada día desde el Día de Apertura hasta las Series Mundiales, dispondrás de una temporada próxima a esa duración con casi 2.500 partidos entre los que elegir. Imagina que cada día encuentras un partido con una ventaja del 2 % en el que invertir. Después de 250 días, asumiendo que tu ventaja del 2 % sea exactamente cierta (algo que resulta mucho más realista en, por ejemplo, el recuento de cartas en el blackjack que en la creación de modelos sobre los resultados de eventos deportivos, pero este tema pertenece a otro debate), hay una probabilidad superior al 10 % de que tu fondo caiga al menos un 40 % al cabo de un año. Es decir, repitiendo lo que he escrito en el párrafo anterior, algo inaceptable como vehículo de inversión.
No puedo decirte cuál debería ser el tamaño exacto de tu apuesta; la asignación correcta de la cantidad apostada varía en función de la ventaja esperada, la variabilidad de esa ventaja, el número de apuestas realizadas, etc., pero puedo decirte cómo debes evaluar tus resultados desde una perspectiva a toro pasado. Echa la vista atrás y fíjate en tu registro de apuestas a lo largo de un periodo largo, lo ideal sería unos 250 días de apuestas, y calcula qué tamaño de apuesta produciría una volatilidad diaria de 85 puntos básicos. Si tu rentabilidad siguiendo esa estrategia de tamaño de apuesta es superior al 8 %, puede que realmente hayas creado un activo alternativo que resulte adecuado para solicitar inversores externos.
El Criterio de Kelly y la gestión del riesgo
Una opinión más acerca del Criterio de Kelly y su relación con el negocio de la gestión del riesgo. Una ventaja del 2 % es significativa, se han construido varios imperios de casinos basándose en una ventaja similar. Por ejemplo, la ruleta estándar de 38 ranuras ofrece a la casa una ventaja del 2,6 % en una apuesta a doble o nada. En este caso, el Criterio de Kelly sugiere que el tamaño de apuesta óptimo no es el 4 % de tus fondos, ¡sino el 5,2 %!
La Wynn Resorts Corporation tiene un valor superior a 9.000 millones de dólares estadounidenses basándose en su capitalización bursátil; MGM Resorts International tiene un valor superior a 16.000 millones de dólares. Plantéate lo siguiente: ¿dejaría Steve Wynn que alguien entrara en su casino, se dirigiera a la ruleta y apostara 500 millones de dólares al negro? ¿Podría Warren Buffet realizar una apuesta de casi 1.000 millones de dólares en la ruleta de un casino propiedad de MGM? No. Y por la misma razón tú, si haces apuestas deportivas de manera profesional como forma de inversión para ti mismo o en nombre de otros, nunca debes confiar en la fórmula de Kelly para determinar tus tamaños de apuesta.
Referencias:
1. rentabilidad en 20 años del S&P 500 mostrando una rentabilidad anualizada del 7,59 % - normalmente se considera que una rentabilidad del 8 % es la expectativa estándar de la industria.